El camino de Dios es una senda angosta, un paso estrecho que lleva a la vida. Aquí no hay espacio para ninguna desviación. Jesús no busca multitudes. Busca y salva a los que saben que están perdidos, no busca seguidores casuales, sino personas dispuestas a dar la vida por él. El camino ancho es ciertamente más fácil, amplio, sin limitaciones ni freno alguno; hay tolerancia para el pecado, religiosidad o cualquier cosa que desee hacer. Este camino no requiere ningún carácter, pero es el camino que al hombre parece derecho y al final es camino de muerte (Proverbios 16: 25). Imaginemos nuestras vidas como un largo camino que debemos recorrer. Nosotros somos los que escogemos en que camino queremos caminar. #Buen dia para tod@s.

via Coop. Daquilema http://ift.tt/251ZoLN